Hace escasos días que el Consejo de UE ha llegado a un acuerdo para el establecimiento de un nuevo Tratado que sustituya a la frustrada “Constitución Europea”.
Para la mayoría de los ciudadanos el Derecho Comunitario es algo lejano y que no les afecta en nada. Un derecho sin aplicación práctica a no ser que uno sea agricultor y cobre de él.
Tal idea no es cierta, y es ahora antes de las vacaciones, cuando los destinos turísticos de moda son cada vez más exóticos y lejanos cuando –además de las vacunas y un buen seguro de viaje– conviene llevarse un concepto básico del Derecho Comunitario: La Ciudadanía de la Unión.
No todo el mundo sabe que, entre otros, el concepto de Ciudadanía de la Unión otorga derechos que son útiles para las personas que viajan fuera de la UE. En esos lejanos y exóticos destinos –en algunos casos conflictivos o potencialmente conflictivos– es posible que se encuentre con problemas con las autoridades locales o sufra un accidente o sea víctima de un delito o, simplemente, pierda el pasaporte. En estos casos necesitará asistencia diplomática. Pero no en todos los países ni en todos los lugares hay representación diplomática de su país.En caso de que en uno de estos lugares no haya representación diplomática propia y necesite asistencia por haber perdido el dinero, el pasaporte, tener problemas con las autoridades locales o cualquier otra razón. Podrá acudir a cualquier legación de cualquier país miembro de la UE en el lugar donde se encuentre.Esta delegación de otro Estado Miembro tiene obligación de proveerle, asistirle y protegerle como si fuera su propia embajada o fuese usted uno de sus ciudadanos.El Derecho Comunitario tiene su utilidad.