Ya vengo tratando desde hace tiempo en este blog sobre la crisis y las situaciones que a nivel personal esta está creando. Los despidos se suceden y la inseguridad laboral se hace cada día más patente. Todos los informes económicos afirman (con absoluta unanimidad) que esta situación puede llevar años. Y ante ello vemos las dos posiciones contrapuestas con las que se está afrontando la situación:
- Esperar a que pase la tormenta: Corriente mayoritaria encabezada por nuestros sabios gobernantes, los sindicatos y una inmensa mayoría de los poderes económicos que han conseguido, prácticamente, paralizar la economía del país desde hace ya más de un año.
- Adaptarse y ‘hacer algo’: Corriente minoritaria liderada mediáticamente por el popular, cercano y televisivo, aunque sabio, profesor Don Leopoldo Abadía. “hacer, ¡lo que sea!”, dice él.
Me he fijado en esto por una situación bastante particular que me encontré hace unos días.
Por un lado, un alto directivo de una importante empresa nacional, con años de experiencia y un M.B.A. por una prestigiosísima escuela de negocios, había leído uno de estos informes sobre la crisis que afirmaban que podían faltar 10 años para la recuperación económica. Catástrofe que, a pesar de no ser nada nueva para cualquiera que lea a diario la prensa económica, este alto directivo asumió de forma pasiva y resignada. “¡Ante eso, nada se puede hacer!”.
Por contra me contaban que uno de sus subordinados, un empleado sin más preparación económica que mantener a una mujer con un empleo precario y tres niños en edad escolar (que no es poco), viendo peligrar su puesto de trabajo, se planteaba cobrar un despido cuando aún está a tiempo, capitalizar el paro e invertirlo todo en un negocio que se le ha ocurrido.
Por una parte me llamó la atención en este caso porque la prestigiosísima escuela de negocios, que inculca a las élites económicas del país la capacidad de iniciativa, de innovar y de adelantarse y adaptarse a los cambios por el módico precio de casi 60.000,00€ (sí, ¡sesenta mil Euros!), en este caso, ha fracasado.
Y por otra parte porque reafirma que no es necesario ser un reputado economista para tener iniciativa y una idea de negocio. Microsoft nación en una garaje, Google en un dormitorio de un campus universitario, y hasta un argentino amante del jazz se inventó, literal y sucesivamente, una empresa inmobiliaria, una de biotecnología y varias de telecomunicaciones y servicios de internet.
No sé si este subordinado del que hablaba triunfará en su proyecto, pero lo que es seguro es que, de los dos casos planteados, es el único que puede salir de la crisis y generar riqueza. Todo dependerá de si se deja asesorar, por quien y como, de sus capacidades y hasta de su suerte. Porque la iniciativa, las ideas y la capacidad de adaptación no se pueden comprar, pero un buen asesoramiento sí. Lo que cuenta en un principio es la idea
Como me interesó su caso ha quedado en llamarme para hablar un poco de su proyecto, así que intentaré explicarle de una forma realista lo que se le viene encima y los elementos de principio esenciales para que el proyecto pueda –tal vez– salir bien. Ese plus que no ofrecen las “gestorias” a las que casi todo el mundo acude y que en su mayor parte ofrecen en creación de empresas casi la misma información técnica que Google… aunque esta ya es otra historia.
Pd: Y finalmente, aunque no sea propiamente el tema de este post, quisiera terminarlo señalando que no pretende ser este una crítica las Escuelas de Negocios, que en la inmensa mayoría de los casos sí que inculcan a sus alumnos esa forma de pensar que permite adelantarse y adaptarse a los cambios e innovar (al menos las buenas), sino a una mentalidad que desgraciadamente se puede encontrar hasta en esos círculos.
Yo creo que el problema de nuestros sabios gobernantes es que no tienen ni idea de lo que deberían o podrían hacer. Yo les recomendaría que se rodeen de un equipo de expertos/asesores seleccionados por su experiencia y capacidades en vez de por afiliación política y sacados del círculo de amiguetes. Alguien debería ser capaz de sugerirle a estos sabios gobernantes algunas medidas necesarias para sacarnos de esta.
Ya en un plano más personal, está claro que, para «hacer algo», hay que tener ideas y ser creativo, además de ser muy valiente, sobre todo en el caso de la persona que te hizo la consulta y a la que seguramente no le sobra el dinero que pueda invertir. Es importante que le salga bien a la primera y estoy absolutamente de acuerdo contigo en que lo fundamental es un buen asesoramiento. En estos momentos de crisis debe de haber muchas oportunidades para personas que en una situación normal nunca se lanzarían a un proyecto empresarial. Y estas personas necesitan asesores que están dispuestos a involucrarse de verdad, conscientes de que el nuevo «empresario» se está jugando mucho.
Comentario by una pobre trabajadora — abril 28, 2009 @ 17:41