junio 24, 2009

La organización del día a día (Guía del emprendedor III)

Filed under: Emprender,Organización de Empresa — Etiquetas: , , , , , , , — legisconsulting @ 13:22

Los intelectuales resuelven los problemas, los genios los evitan

  Lucio Anneo Seneca (2AC-65)

 

La idea brillante ya se tuvo, y a quien esté leyendo este post, probablemente la idea le funcionó, pero ¿se le ha sacado toda la rentabilidad que se esperaba?.

Son normales en la empresa esos pequeños errores que surgen de la operativa corriente y que generan gastos que, en conjunto y salvo en situaciones excepcionales, no suponen un riesgo para la estabilidad de la empresa, y que individualmente suele ser visto como una mera contrariedad, desagradable pero asumible.

Aunque, sumándolo todo, ¿es de verdad tan asumible?

Desde el punto de vista de la rentabilidad, las empresas no suelen ‘contabilizar’ esos gastos de forma aislada de forma que puedan ver cuanto les cuestan cada año y el impacto real en los beneficios.

Si es usted empresario, seguro que le ha ocurrido alguna de las siguientes situaciones que le han costado dinero o que, si se dan, le costarán:

–         El sistema informático, y con él las líneas de teléfono, se han caído y la empresa encargada del mantenimiento ha tardado varios días u horas en repararla.

–         El renting del coche que queremos devolver por esto de la crisis y que no podemos sin pagar todo (o casi) el importe pendiente del contrato

–         El vendedor que era autónomo y, como las ventas han caído, hemos intentado despedir pero nos exige la indemnización como trabajador asalariado.

–         El arrendamiento del local que contratamos cuando los precios eran otros y que ahora no podemos cambiar.

–         El inspector de la Seguridad Social, que como los billetes de 500€ se decía que nadie los había visto y un día va uno y entra y no dice que no todo es tan legal y que a ver las cotizaciones del vendedor de antes… y de los demás.

–         El inspector de hacienda que pide ahora los recibos de esa obra que le hizo su cuñado en la oficina por aquello de la nueva normativa de Operaciones Vinculadas.

–         ¿Y quien podía saber que la copia de seguridad de los listados de clientes no se podía guardar en el armario del despacho?

–         Y la empresa que nos hace la limpieza quiebra por aquello de la crisis y la señora que viene a limpiar tiene un sobrino estudiando derecho que le dice que exija ser reconocida como empleada de su empresa y así, al menos, se saca un pico.

–         ¿Y como iba yo a pensar que el sistema de mensajería de la empresa contratado con Google (¡nada menos!) para facilitar el trabajo de empleados y algunos proveedores y clientes, no le parece lo mejor a la CMT (Comisión del Mercado de telecomunicaciones) y me va a buscar un disgusto?

–         Y derivado de esto ¿Cómo iba yo a pensar que al darle una cuenta de correo a un cliente o a un proveedor para facilitar el trabajo me tenía que registrar en algún sitio?

Esas cosas no pasan nunca”, estoy cansado de oír. Pero en casi todas las empresas, esas y otras de las muchas cosas posibles, sí que pasan. Y la diferencia entre tener o no esos gastos sí que supone una diferencia en la rentabilidad, la solvencia y la capacidad de la empresa.

No vengo a decir que todo es evitable porque ello sería imposible, pero sí que cada acto del día a día de la empresa, cada contrato y cada relación debe ser mirado y cuidado no sólo en el fondo, sino también en la forma y en base a las posibles consecuencias caso de que cambien las circunstancias (propias o ajenas).

Porque es en el día a día donde se encuentra la clave de la rentabilidad, la eficiencia y la seguridad de la empresa.

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junio 10, 2009

La forma jurídica (Guía del emprendedor II)

«Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo»

             Albert Einstein

Un emprendedor tiene una idea una idea original y distinta que le va a hacer rico. Y así va a la gestoría o asesoría de empresas de debajo de su casa y pide algo tan original como una S.L. y allí se la constituyen o le venden una que tenían en un cajón.

¿Empieza bien el innovador negocio?: ¡pues no lo sé!. Porque, como en los negocios, en esto tampoco hay llaves maestras que abran todas las puertas.

Un colega me dijo en una ocasión: “si alguien entra en el despacho diciendo que quiere una S.L., sólo se la constituyo y le cobro por ello”.

Tal vez pareceré algo más cotilla, pero a mí en ese caso me gusta saber:

–         para qué la quiere

–         cual va a ser su actividad

–         si va a tener socios

–         el grado de implicación de los socios

–         qué va a aportar

–         qué pueden aportar los otros socios

–         si tiene familia

–         su régimen matrimonial

–         si va a pedir préstamos o asumir riesgos directos

–         si en la actividad asume riesgos (aunque aparentemente no sea así)

–         si tiene otras empresas

–         cual es su patrimonio

–         la distribución de su patrimonio

–         cual va a ser su relación con la empresa

–         cual va a ser la relación de su familia con la empresa

–         sus proyectos de futuro tanto personales como profesionales

–         y cualquier otra cosa que a lo largo del cuestionario se me ocurra

Y no es que me agrade particularmente el ‘pasatiempo de portería’, sino que entiendo que son cosas que es necesario conocer para saber si, en función de las circunstancias profesionales, la S.L es la más apropiada. O lo es una S.A.. O una Cooperativa. O una Sociedad Colectiva. O simplemente con que se dé de alta como autónomo sería suficiente (y más barato).

Y por lo que se refiere a las cuestiones sobre familia, patrimonio o situación sentimental, recuerdo a un profesor que tuve en el Instituto de Empresa que nos dijo el primer día del master hace ya muchos años: “ningún cliente debe salir de vuestro despacho sin que le hagáis un estudio patrimonial”. Y mi profesor no lo dijo así, pero sí que quería decir que, aunque aparentemente no tiene nada que ver la situación sentimental con la línea de crédito del banco, tener ambas cosas en cuenta será importante para que sigamos pensando que ambas cosas que no deberían tocarse, no rompan nuestra bendita ignorancia.

Por mucho que lo intentemos, la empresa nunca será un compartimiento estanco sin relación alguna con el empresario-persona ni con el patrimonio del empresario-persona ni con el patrimonio de la familia de este. Y la familia y el patrimonio de las personas que rodean al empresario tampoco nunca serán compartimientos estancos absolutamente aislados del mundo empresarial.

Entre todas estas realidades (empresa – familia – patrimonio- entorno) siempre habrá interrelaciones que deberán ser diseñadas y adaptadas a la realidad de que se trate en cada caso y el adecuado diseño de la forma jurídica tomando en consideración las circunstancias de cada caso será esencial para el buen fin del negocio… y otras cosas.

Yo, al contrario que mi colega, prefiero poder decirle a quien me pide una S.L. porqué es eso lo que necesita y no otra cosa, y decirle después qué hacer para conseguirla. Que para esa parte ya no me necesita.

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mayo 28, 2009

Emprender… bien (Guía del emprendedor I)

Filed under: Emprender — Etiquetas: , , , , , , , , — legisconsulting @ 16:12

Llevo bastante tiempo pensando en comenzar en este blog una especie de guía básica sobre los elementos que habría que tener en cuenta a la hora de emprender un negocio.

Son puntos o elementos esenciales que pretendo desarrollar más ampliamente en sucesivos posts, pero sirva de momento su mera enumeración como mera presentación de los mismos:

–         La forma jurídica: porque si bien  casi cualquier forma jurídica sirve para casi cualquier actividad, sólo una de las múltiples posibles será la más apropiada, eficiente y económica para los fines que se persiguen.

–         La organización de trabajo diario: porque cómo van a ser los mecanismos y estructuras del día a día necesita ser planificado si se aspira a una organización eficiente y rentable.

–         La planificación del futuro: porque aunque parezca casi el cuento de la lechera, es necesario desde un principio plantearse una estructura flexible que, sin grandes costes, pueda crecer o adaptarse a los cambios que seguro que se producirán.

–         La vida privada: porque el empresario o emprendedor es también una persona con una familia y un patrimonio que deberían ser protegidos y preservados.

En cualquier caso, quiero dejar constancia de que estos futuros posts no pretenden proporcionar soluciones concretas y perfectas para cualquier caso, porque tal cosa no existe, sino dar una visión general de las posibilidades, riesgos u oportunidades y beneficios o pérdidas que la correcta (o no) combinación o toma en consideración de estos elementos puede conllevar.

Esto es, en definitiva, como comprarse un traje: se puede comprar uno el traje en Carrefour o se lo puede hacer a medida. Y mientras que uno de esos trajes le quedará más o menos bien, el otro seguro que se ajusta perfectamente a sus medidas.

Aunque en lo que sí se diferencia este tema de comprarse un traje, es en que aquí el traje a medida al final sale más barato que el de Carrefour. Pero eso son detalles que ya serán tratados en próximos posts en referencia a cada uno de los apartados mencionados.

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