Llevo bastante tiempo pensando en comenzar en este blog una especie de guía básica sobre los elementos que habría que tener en cuenta a la hora de emprender un negocio.
Son puntos o elementos esenciales que pretendo desarrollar más ampliamente en sucesivos posts, pero sirva de momento su mera enumeración como mera presentación de los mismos:
– La forma jurídica: porque si bien casi cualquier forma jurídica sirve para casi cualquier actividad, sólo una de las múltiples posibles será la más apropiada, eficiente y económica para los fines que se persiguen.
– La organización de trabajo diario: porque cómo van a ser los mecanismos y estructuras del día a día necesita ser planificado si se aspira a una organización eficiente y rentable.
– La planificación del futuro: porque aunque parezca casi el cuento de la lechera, es necesario desde un principio plantearse una estructura flexible que, sin grandes costes, pueda crecer o adaptarse a los cambios que seguro que se producirán.
– La vida privada: porque el empresario o emprendedor es también una persona con una familia y un patrimonio que deberían ser protegidos y preservados.
En cualquier caso, quiero dejar constancia de que estos futuros posts no pretenden proporcionar soluciones concretas y perfectas para cualquier caso, porque tal cosa no existe, sino dar una visión general de las posibilidades, riesgos u oportunidades y beneficios o pérdidas que la correcta (o no) combinación o toma en consideración de estos elementos puede conllevar.
Esto es, en definitiva, como comprarse un traje: se puede comprar uno el traje en Carrefour o se lo puede hacer a medida. Y mientras que uno de esos trajes le quedará más o menos bien, el otro seguro que se ajusta perfectamente a sus medidas.
Aunque en lo que sí se diferencia este tema de comprarse un traje, es en que aquí el traje a medida al final sale más barato que el de Carrefour. Pero eso son detalles que ya serán tratados en próximos posts en referencia a cada uno de los apartados mencionados.