julio 16, 2009

La esfera privada del empresario (Guía del emprendedor V)

Filed under: Emprender,Organización de Empresa — legisconsulting @ 18:36

El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.

G. K. Chesterton (1874-1936)

¿Qué es lo más importante para un empresario o el administrador de una empresa?

¿Su empresa?; ¿la rentabilidad de esta?; ¿la eficiencia y eficacia?; ¿el cumplimiento de objetivos?; ¿las ventas?; ¿o incluso los empleados?.

¡Pues no!. Salvo que sea un bicho raro, al igual que para las personas ‘normales’, lo más importante para un empresario o administrador es: su familia.

Existe la extendida (falsa) creencia de que, como ya tengo una sociedad, pues cualquier cosa que pase quedará dentro de la sociedad.

Y esta falsa creencia además tiene el agravante de que una gran mayoría de los afectados por este mal, además y de una forma completamente irracional, ponen todos los huevos dentro de esa cesta que es, en teoría, la que recibirá los palos caso de que las cosas se tuerzan.

Y hasta los profanos en esto del derecho saben qué es lo que pasa cuando se le pegan palos a una cesta de huevos.

Ni tampoco es que haya descubierto yo la pólvora hasta ahora en este post. Lo que acabo de contar lo sabe cualquiera que conozca al vecino ese tan simpático que tenía una empresa y que en los últimos tiempos ya no está tan alegre, o a la señora de la tienda del final de la calle que tuvo que cerrar no hace tanto tiempo.

Es cierto que todo negocio, sea cual sea, implica unos riesgos y unas responsabilidades que deben quedar lo más claramente limitadas que sea posible.

Desde un punto de vista legal debe existir una coordinación entre la  actividad empresarial y la personal, de tal forma que ambas esferas se encuentren lo más claramente delimitadas así poder reducir sustancialmente los siempre existentes riesgos.

En concreto, tal separación se puede plantear desde los mismos puntos de vista planteados anteriormente en esta serie de posts:

–          Estructura: Diseño del blindaje del patrimonio personal

El patrimonio personal debe estar aislado de la actividad profesional

Aislar la esfera personal del empresario de la esfera empresarial implica la creación de una “estructura” patrimonial del empresario a título particular que, evitando la transparencia de las actividades societarias, le preserve a él y a su familia del riesgo −cierto en muchos casos− de las incidencias que deberían corresponder a la empresa pero que en más ocasiones de las que parece llegan a afectar a elementos que deberían estar tan alejados del ámbito profesional como la vivienda, el patrimonio de la familia o las inversiones personales.

Es esto, básicamente, una ‘reorganización’ del patrimonio.

–          Organización: El día a día

Las actividades diarias que generan de forma inconsciente consecuencias gravosas.

Establecimiento de las pautas básicas de comportamiento de la esfera personal en el día a día que eviten que en caso de problemas empresariales estos se trasladen al plano personal.

De entre otras muchas, cabe destacar:

  • uso de medios de la empresa,
  • uso de medios personales para fines empresariales,
  • Prestación de servicios a la empresa o viceversa
  • etc.

–          Desarrollo: Desarrollo personal y diversificación de la actividad personal  / empresarial

Cada “bloque” debe ser un compartimiento estanco.

Al igual que en el caso de la empresa, el empresario puede crecer tanto a nivel personal patrimonial como empresarial al margen de la empresa.

Para ello es necesario que las nuevas inversiones o adquisiciones personales encuentren la forma y estructura apropiadas para evitar que los riesgos asumidos por una parte del conjunto se traduzcan en perjuicios, gastos o costes para el resto de los “bloques”.

Cada persona es un mundo, cada familia es un mundo y cada conjunto de relaciones es único, y es por ello por lo que, como se ha dicho en otros posts de esta misma serie, es imposible dar una llave maestra que sirva para cerrar todas las puertas de cualquiera que sea el ‘compartimento’.

Pero sí que, con el asesoramiento adecuando, y en la mayoría de los casos simplemente haciendo algunos cambios a un reducido coste, se puede adquirir esa seguridad que todo empresario o administrador persigue y necesita.

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julio 7, 2009

El crecimiento de la empresa (Guía del emprendedor IV)

Filed under: Emprender,Organización de Empresa — Etiquetas: , , , , — legisconsulting @ 13:30

Querer progresar es la mayor parte del progreso

Lucio Anneo Seneca (2AC-65)

En algunos casos se busca el crecimiento de la empresa mediante nuevas inversiones, pero en otros muchos los cambios y las inversiones vienen motivadas por las circunstancias.

Sea como sea,  el desarrollo y crecimiento de una empresa no es, en la mayoría de los casos, una opción sino una necesidad, y es necesario ser capaz de afrontar los cambios que sin duda, se producirán.

Sirva como mero ejemplo, aunque no único, la empresa familiar.

Es bien sabido que lo conocido como Empresa Familiar es un altísimo porcentaje del total de pequeñas y medianas empresas y que son estas las que generan en torno al 65% del PIB en España.

Lo que es menos conocido es un axioma que mantiene que sólo un tercio de las empresas familiares llegan a la segunda generación y, de ellas, sólo la mitad a la tercera generación.

Esto es debido a múltiples causas, pero es ese aproximado 15% de empresas que perdura el que ha conseguido superar las más importantes: (I) la falta de flexibilidad, (II) la excesiva dependencia de ciertos elementos concretos y (III) la falta de una gestión y asesoramiento profesional, independiente y no condicionado.

Circunstancias que, superadas, hacen posible asumir los cambios y perdurar.

No son estos problemas exclusivos de la empresa familiar, ni mucho menos, pero es en ella donde queda más patente la necesidad adquirir la capacidad necesaria para la adaptación a los cambios y la consiguiente flexibilidad y es por ello por lo que he querido tomarla como ejemplo.

Los cambios pueden ser realizados con mayores o menores costos y con una visión orientada a las perspectivas de futuro o mirando al pasado como mero acto de supervivencia, pero sea cual sea la razón para los mismos, la correcta asunción e implementación de estos cambios es vital para la supervivencia y viabilidad futura de la empresa.

Tales cambios serán más efectivos para los fines buscados y tendrán un menor coste tanto presente como futuro si se hacen de la forma más eficiente, racional y profesional. Siendo para ello necesario buscar unos objetivos que deberán ser concretados en cada caso, pero que podemos enumerar como sigue:

–         Seguridad.- Sea cual sea el cambio o las inversiones a realizar, estas deberán tener en cuenta y preservar lo ya existente.

Los cambios no deben generar riesgos innecesarios ni en las estructuras empresariales ya existentes ni en las personas involucradas en el negocio ni en sus familias. De hecho, los cambios, sean cuales sean las razones que los generan o el objetivo que buscan, deberían estar orientados a garantizar esa seguridad.

–         Eficacia.- Como en la forma, las posibilidades para los cambios son múltiples y variadas, pero de entre todas ellas, sólo una forma jurídica será la idónea considerando los activos preexistentes, las expectativas de futuro, las razones que han motivado los cambios y los objetivos detallados en el presente listado.

–         Eficiencia.- La forma (material en este caso) en que se realice la inversión deberá considerar las circunstancias preexistentes, las expectativas, el día a día de la empresa y la ‘cultura’ empresarial de esta, porque estos elementos no pueden ni deben ser olvidados.

–         Rentabilidad y ahorro de costes.- Siempre habrá más de una posibilidad que permita cumplir todos los objetivos anteriores, pero estos deberán ser cubiertos con la menor inversión posible, que genere el mayor y más pronto retorno posible y esté preparado para generar los menores costes posibles en los posteriores cambios que, sin duda, llegarán… (Flexibilidad)

El coste final de cualquier cambio o inversión variará en función del diseño original de la empresa y de la flexibilidad con que fue creada o de la capacidad de adaptación de los mecanismos del día a día, pero si se van a acometer esos cambios, este es el momento para, incluso por pequeño que sea, dotar a la empresa de esa flexibilidad y eficiencia necesaria para el éxito.

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